Poco después de inaugurarse el Hospital, que da servicio a medio Campo de Gibraltar, se constata que la previsión de plazas de aparcamiento fue insuficiente
Juan Carlos Valenzuela, candidato de Otra Línea es Posible (OLep—LaLínea), acompañado de algunos miembros de su equipo con experiencia en obras públicas, han podido verificar in situ los problemas que se están dando en los aparcamientos del nuevo Hospital.
Han bastado unos pocos años para comprobar que las previsiones iniciales eran insuficientes para acoger la cantidad de vehículos que se acumulan en un día cualquiera en un centro hospitalario que da servicio a la mitad del Campo de Gibraltar.
En su día, el alcalde Juan Franco acordó con la Junta que sólo se habilitaran la mitad de las plazas posibles en el aparcamiento subterráneo. Hoy podemos ver que esa mala decisión está provocando el caos además del deterioro prematuro de gran parte de la urbanización exterior.
Los coches se ven obligados a aparcar en zonas no urbanizadas, transitando sobre los bordillos que las delimitan y, como se muestra en las imágenes, destruyéndolos por completo a su paso. Otros ocupan una de las vías de acceso al subterráneo dejando libre únicamente la otra vía de la rampa, con el consiguiente riesgo de embotellamiento en caso de emergencia.
En consecuencia, vehículos que ocupan peligrosamente las rampas de acceso al parking, que aparcan en zonas colindantes (públicas o privadas) sin urbanizar, bordillos destrozados por el paso de coches buscando estacionamiento en áreas sin urbanizar, etc.
Visto como están las cosas, desde OLEp proponemos que nuestro alcalde, Juan Franco, y La Línea 100×100 planteen a la administración autonómica la habilitación de la zona que, en su momento, la JJAA no acondicionó. Esto permitiría crear unas 300 plazas más de aparcamiento. Así mismo, sería interesante que, o bien se limitaran las zonas no urbanizadas con elementos que impidan el acceso de vehículos a través del acerado o, por el contrario, que estas zonas se urbanizaran y se pusieran a disposición de los usuarios acondicionadas para aparcar.
Lo que no es de recibo es que la máxima autoridad de nuestra ciudad pierda el tiempo en cuestiones utópicas y ridículas, como presentar recursos al Supremo sobre referéndums que no llevan a ninguna parte, pero cuestan mucho dinero público, mientras los ciudadanos no pueden aparcar para ir a una consulta médica o, peor aún, a que les atiendan por una urgencia.
Claro está que, como ya hemos dicho en alguna ocasión, dada la connivencia de los últimos tiempos entre Juan Franco y el PP, será más que dudoso que nuestro alcalde presione ahora a los de Juanma Moreno o, mucho menos, vaya a exigir nada a escasos meses de unas elecciones en donde el intercambio de apoyos entre los populares y los de Franco son más que probables.