La Federación Vecinal Linense explica que la presión ejercida por las asociaciones de San Bernardo y
Santiago Conchal Castillo “ha sido fundamental” para que las administraciones “entren en razón “ y
recuerdan que la primera opción del Ayuntamiento fue un solar “que esperamos sea zona verde más
pronto que tarde”.
La Federación Linense de Asociaciones de Vecinos/as ‘Inmculada’ (FLAVI) ha analizado en una reciente
reunión la situación de los juzgados municipales y las noticias de su emplazamiento en el antiguo Hospital
Municipal. “Esta es una buena noticia, aunque no nueva, dado que el Ayuntamiento ha dado la misma varias
veces a lo largo de dos años” explica la federación sobre la información dada por Ayuntamiento a principios
de octubre tras la reunión mantenido entre el consejero de Justicia y el alcalde.
En junio de 2020, la delegada de la Junta en la comarca, Eva Pajares, aseguró que “el nuevo gobierno de la
Junta actúa rápido”. “Lo que sabemos sin embargo por prensa es que los primeros papeles no parece que se
hayan movido hasta principios de 2023, con una evaluación técnica del edificio y un protocolo de
intenciones entre las administraciones”.
Para FLAVI, el tema de los juzgados “es un ejemplo real de aquel refrán conocido por todos: las cosas de
palacio, van despacio”, a lo que añaden “y más aún si no se achucha desde la calle”.
Por esa razón, la Federación Vecinal Linense pone en valor “la presión ejercida por las asociaciones
vecinales de los barrios de Santiago Conchal Castillo y San Bernardo”. “Es importante recordar cómo hemos
llegado hasta aquí. El vecindario de Santiago expresó en varias protestas, una el 11 de septiembre de 2020 en
el pleno municipal, su rechazo a la primera opción de ubicación de los nuevos juzgados, en un solar
municipal de la calle Jesús de Medinaceli, rodeado de bloques de viviendas y que es una reivindicación
histórica del barrio y promesa del gobierno municipal convertirla en una zona verde” explican desde FLAVI.
“Por otro lado, antes incluso del cierre en 2018 del hospital comarcal, vecindario y comerciantes de San
Bernardo vienen advirtiendo de la depresión que suponía para el barrio el traslado de esos servicios públicos,
sin que ninguna administración lo preveyese y actuase en consecuencia y en todo este tiempo la asociación
Esperanza, apoyada también por la Mesa de Trabajo, vienen denunciando el abandono de aquellas
instalaciones”.
Concluye la FLAVI que este asunto “demuestra la necesidad de un movimiento vecinal insistente e
independiente” y a una administración pública “que se crea de verdad la participación ciudadana”, por lo que
anima a los diferentes barrios de La Línea a que se organicen.